Ciertas manos configuraron un cuello ortopédico perfecto, mientras el tiempo se hizo inmóvil me dejé acariciar por la certeza de que nada podría hacerme daño, nada podía tocarme, nada excepto los miedos de cierto chico que en el instante respiraba de forma agitada.
En la oscuridad a solo un par de metros, las líneas de la carretera se desdibujaron constantes mientras bailaban al ritmo del viento. Sintiendo tu aliento, adivine de tu boca las palabras silenciosas que deseaba escuchar, el calor paralizó una a una las células de mi cuerpo, puedo dispersar cada límite con la sola promesa de tu vos, podría diluir cualquier escena de horror si caer no fuera una amenaza latente que crece fuera de mis sueños...
El cielo se abre desmesuradamente con cada uno de los días que te tengo cerca...no paro de sentir como me precipito hacia el único camino que en estos instantes deseo recorrer.
2 comentarios:
Me encanta tu blog !
Marta un saludo,un abrazo, y Gracias por pasar por aquí...
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