jueves, 2 de abril de 2009

Si el cáncer de pulmón o la cirrosis no aparecen supondré entonces que es verdad que todo lo que no me mata me hace más fuerte. Es viernes en la mañana, no dormí más de dos horas, espero por empezar jornada laboral. El día promete estar bien. Demasiado ansiosa por un viaje no muy largo, pretendo estar en algún lugar donde sepan y recuerden mi nombre, necesito sentirme a salvo del resto del mundo.
F. es una persona muy importante para mí. Hace años, cuando llegamos a la universidad éramos más pequeños. más simples, más ansiosos, teníamos de una u otra manera mayores seguridades en la vida. Ahora todo queda en ceros a la derecha. siempre hemos sido buenos amigos, me gusta tenerlo cerca, me gusta cuando hablamos y sostenemos un tinto entre las manos,almorzar ensalada y jugo con endulzante, me gusta que trabajemos juntos y recordar tardes amenas de palabras y risas. Es bueno pensar en todo lo que aprendí teniendolo cerca.
El saludo, la noche, el dolorcito de cabeza, la chaqueta de F, el abrazo de N. la sonrisa de A. La simpleza de S. y de C. , minutos antes la alegría de L. , esa alegría que me hace alegre cuando la veo. La tranquilidad de F. que siempre me da tranquilidad y me equilibra, la tranquilidad que hoy son ansias y cansancio. El bus, más luces, la cerveza, terminar de llegar, saludar gente desconocida, esperar gente conocida que no llega, gente que se pierde entre el cansancio y los intercambios viales. Graduarse ha producido una ligera y extraña reacción en L, Y, N, y ahora por supuesto en F.
Carne asada, ron, cerveza, cigarrillos por montón, el viento frío, el agua-ardiente que ya sabía a solo agua. Un abrazo que no esperaba, una alegría sincera por él, un rato de tristeza y confusión por mí. Una noche de celebración sin pensar en más futuro que la próxima semana,
La noche que se termina, el día que aún no empieza, el cansancio propio, mucho sueño y resaca prematura, pérdida de consciencia pero no de memoria. Hacer cosas estúpidas, creer en la gente, salir corriendo hacia cualquier parte en donde no me necesitan solo por el cariño hacia personas que ahora entiendo que empiezan a olvidar demasiados nombres. Demasiadas cosas. Las personas de siempre, un viernes que cambia un poco...