jueves, 5 de marzo de 2009

Febrero 5. año 2009

Una esquina, el centro de la ciudad, una cafetería, un café caliente, media hora, un aguacero. Un letrero de prohibido fumar. Mucho tiempo para perder, poca paciencia para esperar, Una tarde fría de esas que tanto me gustan.
El segundo mes del año, lo que empieza, lo que termina. Una noche de jueves, la barra del bar, el bar de siempre, los extraños de viernes en la noche.
Salchipapas calientes a las 3:00 am. Otra esquina, el aguacero que continua, los carros que pasan, los charcos de agua, los caminos que alguna vez recorrí, las rutas desde cierto bar a cierta casa. Lo que recuerdo (que es mucho), lo que olvide (ojala fuera mucho), las noches ebrias y la noches que sobraron. 3 semáforos en rojo, la perspectiva perfecta de una calle mojada, standbye, no recuerdo el camino correcto a cierta casa, aún así si tuviera que volver siempre llegaría. Mis zapatos mojados, la chaqueta que C. puso sobre mis hombros para que no me mojara, mi camisita roja y sexy, el olor que te gustaba, el color de mis ojos, la expresión en mi rostro que cambia día tras día, mis ojos, me gustan mis ojos, me gusta mi mirada cuando se cruza con la tuya. Ser sorprendidos por la luz del sol mientras aún divagamos, café caliente para 5 personas, la mirada somnolienta de 4 personas a mí alrededor, un aroma a ron que sale de nuestros bolsillos.
Es verdad. Estoy a punto de ser completamente feliz. No lo entiendo, enserio. Pero lo disfruto.