domingo, 5 de abril de 2009

de lo inevitable a lo inevitado

siendo casi las dos de la tarde abro los ojos, me paro de la cama, no recuerdo haber llegado.
mi boca tiene un sabor ajeno, mi cuello la sensación de otro tacto, mi cuerpo se estremece con cada recuerdo.
calculo el número de cigarrillos que fume en base al dolor en mi pecho cuando respiro,
tengo la sensación de que el mundo se expande cada vez, que parpadeo, la cabeza no me da vueltas, por lo menos eso esta bien.
Abro paréntesis :
era de madrugada, era casi día. sentada sobre una mesa temblaba como un animalito borracho indefenso y asustado, pero no temblaba de miedo. cada parte de mi cuerpo se sentía más viva y más ansiosa con cada segundo transcurrido, el corazón palpitaba más y más rápido, mi respiración perdía ritmo, mi lógica no funcionaba, la sensatez por varios minutos dejo de existir dentro de mi cabeza. me dejo llevar, me dejo ir. tarde o temprano volveré.
Cierro paréntesis.
me meto a la ducha y pienso, el agua fría seguramente hará bien a mi cuerpo. agua deliciosa que dejo entrar a mi boca por sorbos. me quedo inmóvil por un lapso de tiempo considerable, salgo, dos canciones para empezar la tarde, camino desnuda por la habitación, me tomo mi tiempo para escoger la ropa de hoy, me tomo mi tiempo para retomar ideas. necesito una cerveza. salgo de la casa, camino y el viento frío de la tarde se vuelve más fuerte a medida que la luz desparece, ya casi es noche. tengo la respuesta a varias preguntas hechas, tengo respuestas que necesito dar ahora mismo. tengo dudas que necesitan varias respuestas nuevas.
la temperatura de mi cuerpo es bastante alta, la noche promete lluvia, la intensidad del viento asegura que más tarde tendré mucho frío.
busco un rostro específico en cada persona que pasa. hay algo que no puedo encontrar, alguien que no quiero buscar. la noche empieza a resumirse en ganas. ganas que tengo y me contengo.
es cierto que solo quiero desaparecer, pero no quiero hacerlo sola.