domingo, 12 de abril de 2009

También me gustan tus ojos

Recuerdo un lugar cómodo en el que me sería fácil dormir de nuevo, en el que me es fácil respirar, en el que puedo ver hacia muchas direcciones mientras tengo los ojos cerrados, en el que solo me dejo llevar. Un corazón late. Otro corazón casi no se siente, hay un ritmo fuerte y apasionado, el otro no es más que un ritmo silente, pero rápido, y constante.
Mente en blanco. Mundos blandos. La nada absoluta no tiene matices, no encuentro formas que me lleven a cosas que alguna vez existieron.
Vuelvo a respirar, un corazón que late fuera de mi pecho, un sonido que me lleva y me trae, que me retrae. N o busco respuestas, las preguntas están hechas. No dejarán de ser las mismas.