miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pensando en cien... sonrisas provocadas por la autocompasión.

Es casi medio día y una luz azul titila en la oscuridad de la habitación...recuerdo un poco, pienso un poco, sonrío un poco... al final siempre hay que ponerse de pie.
la mitad de una manzana verde junto a mi cama es un buen pretexto para volver a masticar algo.
pausa, (suspiro) en conclusión hoy confío un poco menos en los seres humanos. Ya respire hondo para ahogar la rabia, ya me reí y guarde en secreto las estupideces y los errores breves pero determinantes ... ya perdí las ganas de golpear a alguien hasta el cansancio, de salir corriendo y gritar fuerte para sacar las cosas que ayer me estorbaban dentro, ya admití que el tiempo y la experiencia no nos hacen menos vulnerables a la ingenuidad, ya superé el hecho de no tener respuestas para las preguntas equivocadas ... pero ... no dejo de pensar que la inteligencia no basta para afrontar las cosas en las que la ilusión nublan cualquier visión objetiva, cualquier situación desmesurada, cualquier posibilidad de que la suerte juegue a favor sabiendo siempre que aún esta en contra. Ya volví como siempre a negar que la suerte exista o que se pueda depender de ella, esta bien, evite morderme los labios para saborear mi propia sangre, mi sangre como siempre ingenua. Pienso que mis zapatos negros no son adecuados para correr, si,
también sabía que era inútil escapar a tantos rostros conocidos, volví a sonreír y busque entre mis bolsillos, e hice la promesa de volver, ya volví y eso no me hace sentir mejor. Pasa lo que tiene que pasar, esto lo merezco desde hace años, es verdad que tenía que pasar.
Suenan una dos tres canciones que me recuerdan a quien ayer no puede ver, una dos tres canciones, me recuesto de nuevo en la cama, vuelvo a cerrar los ojos para buscar en mis sueños las sonrisas que no encuentro cuando estoy despierta.