miércoles, 15 de octubre de 2008

Sábado en un bar...sin más que hacer.

Centro, 8:00 pm. más o menos.
Hace rato no andaba por el centro sola a esas horas , con el destino que ya no es el de siempre, llegando al lugar al que hace meses no voy.
me siento en la barra y nada a cambiado mucho, me siento en el mismo lugar de siempre. ella me mira con cara de sorpresa y yo le respondo igual, hace mucho no nos vemos, hemos cambiado un poco, bueno, en apariencia. la saludo y le pido una cerveza, saco mis cigarrillos y enciendo uno, espero, espero, me tomo la cerveza a traguitos y la saboreo en mi boca. ya no es igual, no es lo mismo que hace tantos meses, el lugar sigue intacto, la imagen es intacta, si tomara una foto, podría decir que soy lo mismo que hace meses, pero no. ya no es dolor, ya es otra cosa la que me trae hasta aquí.
No recuerdo por que me gustaba tanto esa barra, esa silla, ese lugar, ese tono de luz, la música la gente, y beber y beber sola hasta que cerraran el bar. ya no recuerdo por que algún día entre y fue difícil volver a salir, ya no recuerdo que estaba buscando el primer día que llegué.
8:30 pm. ella llega , el abrazo, el saludo, las historias, se sienta a mi lado, un cigarrillo, un ron, y hablamos y nos reímos varias horas, y luego recordamos y nos volvemos adolescentes sentidas y profundas, y más tarde nos reímos más, más, y otro traguito y otra historia, y más risas.
11:43 pm. se acabaron los cigarrillos, afuera llueve demasiado, el frío ya nos alcanza a tocar, llegan N. y C. ellos son novios y se quieren, pero nosotros nunca vamos a entender lo que pasa entre ellos, la conclusión de la noche es que sorprendentemente hay cosas que nunca van a cambiar, jamás, hablar es peligroso cuando no se actúa, cuando no se hace nada.
un roncito, dos roncitos, una risa, dos risas, tres historias, la noche esta bien, estuvo bien... vamos a casa a dormir... o a no dormir, a pensar... a tinto y cigarrillo.